Pasaron ya muchos años, pero el recuerdo está intacto…
En radio y televisión mucho se hablaba de los festejos para el Bicentenario de la Patria, se conmemoraban los 200 años de la Revolución de Mayo, parecía que todos los caminos y todas las miradas confluían en un solo lugar, la plaza de Mayo en la capital de la República. Nosotros partimos en dirección contraria, a festejarlo en un pequeño pueblo al norte de la provincia de Tucumán, en el alto valle Calchaquí, Colalao del Valle, paso obligado si uno se dirige hacia el norte a la ciudad de Cafayate. Un lugar maravilloso por donde se mire, rodeado de cerros y viñedos, donde el sol alumbra casi todos los días del año, y la cordialidad de su gente merece un párrafo aparte.
El camino había sido largo y nos vimos obligados a hacer noche en Simoca, es así que llegamos con el sol a pleno el 24 a la mañana, el clima acompañaba. Estacionamos la camioneta en la Hostería Municipal y apenas descendimos, Omar, un Colaleño que pasaba en su bicicleta nos vio, bajó rápido y con una sonrisa nos dio la bienvenida al lugar.
Fuimos hasta el Pichao, una antigua y pintoresca aldea de pocos habitantes, emplazada en el corazón del valle, a 8 kilómetros de Colalao, rodeada de higueras, nogales y manzanos. Ahí, en altura, se encuentran los vestigios de la cultura Cóndor Huasi, una antigua ciudadela donde experimentaban los cultivos en terraza entre los siglos XI y XVI. Se han encontrado allí, magníficos objetos de alfarería de los aborígenes que se refugiaron en el fondo de la quebrada, después de la caída de los Quilmes en mano de los Conquistadores españoles.


En todo Colalao se vivía un clima festivo, las maestras ensayaban con sus alumnos un desfile por su calle principal, que es justamente la mítica ruta 40. A las 12 de la noche y bajo un frío intenso, en la plaza, todos cantamos el Himno Nacional para celebrar el cumpleaños de la Patria. El 25 amaneció espléndido y comenzaron los festejos, el acto protocolar, un gran locro al mediodía y «Los de la Peña», con sus guitarras y sus voces le daban aún, un marco más festivo a la fecha, después de eso, el desfile de las instituciones.
Pasó ya mucho tiempo, pero es imposible olvidar con cuanto orgullo y cuanto amor caminaban, acompañando sus banderas, niños con guardapolvos blancos inmaculados…25 de Mayo de 2010, a doscientos años de formarse el primer gobierno patrio, un sentimiento de argentinidad nos unía en cada rincón lejano de nuestro amado país. Nosotros gritamos….¡VIVA LA PATRIA! en Colalao del Valle, increíble lugar donde hicimos amigos para siempre…
Y es así que desde ese lejano día, continuamos yendo cada vez que podemos.
Es la ruta del vino Tucumana. Hay en la zona muchas y excelentes bodegas, una de ellas es «Altos La Ciénaga» de nuestro amigo Rolo Díaz, que amablemente nos invitó a su casa para una degustación de vinos, entre ellos el que fuera premiado con medalla de oro 2021.
En Colalao del Valle, lugar mágico y lleno de paz, de gente cordial, allí está «El Burladero». El hermoso Quincho de la familia Quiroga -Yala, lugar de reencuentro de amigos de distintos puntos del país, lugar de canto y guitarreada, de abrazos, donde fluye la energía, donde se comparten valores y buena compañía, con una copa de vino, de los excelentes que hay en esa zona.
Un lugar donde siempre apuramos la llegada y demoramos el regreso…
Cuando recorro tus calles
Siento que vuelvo a nacer
Con la alegría de un niño
Colalao del Valle siempre volveré
Mario Quiroga
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