A la entrada del pueblo está la bodega Don Diego, Celeste y Anita nos recibieron con cordialidad y en una visita por la bodega pudimos degustar sus ricos vinos de distintos varietales, Celeste nos explica el proceso y se la ve enamorada de su labor, de su lugar, de esa finca y sus viñedos….después de eso, abre una puerta y nos encontramos con una hermosa mesa con ricas empanadas catamarqueñas y buenos vinos, fue el lugar ideal para relajarnos y disfrutar de una hermosa charla en un lugar encantador.
Paul Barrionuevo, un guía baqueano, oriundo de Punta del Agua, nos acompañó durante tres días a conocer lugares increíbles. Paul habla pausado, pero tiene tanto amor y respeto por su lugar, que estremece. Conocedor de su tierra y de su paisaje. Atento, profesional, nos pregunta a cada rato si estamos bien, temeroso de que la altura nos afecte. Nos llevó hasta el Cañón del Indio, a 26 kmts. de Fiambala, ingresamos por un camino de ripio y apenas a unos dos kmts debimos dejar el auto y ahí comenzó la aventura de caminar, trepar por las piedras de la montaña, por momentos se hacía dificultoso, hay que detenerse, tomar aire, caminar lento, trepar y de pronto en la montaña, majestuosos, dos rostros, la India y el Indio mirándose de frente, uno los observa y parece mentira que nada tenga que ver la mano del hombre en esas formas de la piedra. Continuamos por pasajes como laberintos hasta lo alto, el viento soplaba fresco y suave, la montaña, el silencio y nosotros…sensaciones que difícilmente se puedan trasmitir con imágenes o palabras. La naturaleza hay que vivirla…disfrutarla y respetarla.
Visitamos las Termas de Fiambalá, maravillosas, emplazadas en medio de las montañas, con sus piletas naturales, donde el agua a 45º en la primer pileta, va perdiendo temperatura a medida que va bajando. Tan maravillosas de día como de noche, donde la iluminación y la luna que brillaba en el cielo daban un marco completamente distinto.
Temprano Paul nos pasó a buscar por el hotel y nos dirigimos por la ruta de los Seismiles hasta llegar al Balcón del Pissis, aquí no hay mucho para decir, sólo tratar de mostrar imágenes…la diversidad más increíble de colores en las montañas. Paul nos explica, detiene la camioneta en un río pequeño, busca cangrejos andinos debajo de las piedras, nos muestra y con la misma suavidad y respeto con que los sacó del agua los volvió a dejar en su hábitat.
Anduvimos un par de horas hasta que frente a nosotros se extiende la increíble laguna celeste, estaba congelada, lo que nos permitía caminar sobre ella, pero aún así, no perdía su color…un poco más lejos se divisaban otras lagunas, una de agua oscura, otra verde esmeralda…es necesaria quedarse allí en silencio, contemplar y agradecer a la madre tierra tanta maravilla.
El viento era fuerte, lo que nos obligó a buscar el reparo del neumático de la camioneta para improvisar una mesa y hacer una rica picada con un pan casero y una bondiola y salames que nuestro amigo Gustavo Alfonso nos obsequiara para el viaje, estábamos en ese proceso. cuando llegó al lugar otra camioneta con turistas y su guía, que luego de la invitación, pronto se sumaron al banquete, por supuesto también había una copa de un buen malbec catamarqueño para acompañar…éramos siete personas que la casualidad o el deseo de conocer lugares nos hizo coincidir ahí. En esa inmensidad de la cordillera y ante ese paisaje increíble, creo que a todos nos invadió un sentimiento profundo de hermandad y nos hizo darnos cuenta de lo pequeños que somos en este universo….
Susana y su familia nos hospedó en su hermosa posada Killa Qullqi + Orfebreria, cada noche nos ofreció sus exquisitas comidas regionales. No vamos a olvidar la calidez de su lugar, ni esas charlas tan especiales que tuvimos en largas sobremesas…Todo pasa por algo…Graciassss por la buena onda…la energía vibraba en el lugar..
Killa Qullqi (Luna de Plata)
Catamarca y su gente…
GALERÍA
Contactos:
POSADA KILLA QULLQI: 3837 – 690956
GUÍA BAQUEANO PAUL BARRIONUEVO: 3837 – 407550
Ubicación
