Nuestra meta era conocer Laguna Brava en La Rioja. Partimos desde Corral Quemado y con el mate, nuestro fiel compañero de ruta, empezamos a andar… atravesamos la maravillosa Cuesta de Miranda, el cielo era de un azul intenso, y transitábamos una ruta excelente entre majestuosas montañas de color rojo que el sol hacía brillar como fuego.

Hicimos noche en Villa Unión y muy temprano a la mañana partimos hacia Vinchina, ya nos habíamos comunicado con Ariel Varas y Emmanuel Luna, los guías de Cooperativa Laguna Brava, que nos esperaban allí. Recién comenzaba a amanecer, y todo prometía que iba a ser un hermoso día.

Ariel nos llevó a visitar El Museo ‘Quyllur Ñan’, cuyo nombre significa ‘Camino de las Estrellas”. Más de 500 piezas arqueológicas, que fueron encontradas en la zona pertenecientes a las culturas originarias, se exhiben en una antigua vivienda construida de adobe y con techo de cañas y barro.

Después de haber convivido por un rato con la historia, subimos al auto y comenzó una travesía increíble, donde  uno está siempre atrapado por algo interesante.

Estrella Diaguita

 

Fuimos haciendo paradas donde pudimos apreciar restos fósiles y formaciones rocosas erosionadas, hasta que llegamos a Alto Jagüé, un pueblo que tiene la particularidad de haber sido fundado a lo largo del lecho de un río. Su calle principal es precisamente lo que fue el lecho del río, de ahí la gran diferencia de altura de 2 o 3 metros entre la calle y las casas. Allí comimos unas ricas empanadas fritas antes de continuar el viaje.

Desde Alto Jagüé, el camino empieza a subir hasta llegar a la Cordillera Principal a 4300 m. sobre el nivel del mar. A esa altura el viento es fuerte y frío, la altura se hace sentir.

Por el camino que conduce hacia el paso fronterizo con Chile conocido como Pircas Negras y rodeados por la majestuosidad de los paisajes se pueden observar guanacos, vicuñas, cóndores. Nos encontramos de pronto con  un refugio de piedra de forma circular, el Refugio del Peñón, lejos de todo vestigio de civilización. Está allí desde el año 1873 , cuando el  entonces presidente de la República Domingo Faustino Sarmiento decidió construir una serie de refugios para los arrieros que llevaban su ganado hacia o desde Chile a través del Camino de los Toros. Es como un nido de hornero, para que el viento helado no ingrese por la puerta.

En el segundo refugio,  al costado, una cruz de hierro con la inscripción “QEPD El Destapado” nos mete de lleno en una historia de misterio y creencias. Ariel nos cuenta  que ahí yacen los huesos de una persona que fue encontrada muerta dentro del refugio, la sacaron de ahí y lo taparon con piedras, como una forma de tumba, lo extraño es que cuando la nieve se despejó, el cuerpo apareció sin las piedras que lo cubrían. Otros arrieros, volvieron a realizar la misma tarea para que al año siguiente los huesos aparecieran al descubierto nuevamente. Dicen que la situación se reiteró durante varios años, hasta que por fin dejaron de intentar cubrirlo respetando el deseo del misterioso muerto. Hoy está ahí, con sus huesos al sol y el cráneo mirando hacia el cielo entre monedas chilenas y argentinas, pedazos de leña, fósforos y encendedores que le ofrendan los visitantes al “Destapadito”

También nos cuenta Ariel que hasta ese refugio de Laguna Brava llegó por la década del 40 don Athaualpa Yupanqui, motivado por historias que había escuchado que en la Cordillera Riojana había una laguna muy brava, buscó un conocedor del lugar en Jagüé, y a lomo de mula partió, tres noches estuvo en ese refugio, era 25 de Mayo, con una cuerda de guitarra que tenía en su alforja, la tensó en el cabo de su rebenque  y con  una cajita de fósforo improvisó una guitarra y tarareó unas notas del Himno Nacional, dice Ariel en su relato, que el paisano que lo acompañaba de un salto se puso de pié y se sacó la gorra…

¡Vaya valores patrios que tenía la gente en esos tiempos!

Allí se encuentra la majestuosa Laguna Brava, una laguna de sal donde los flamencos rosados llegan cada primavera y se adueñan de ese paraíso, es un espectáculo a la vista, lo difícil es poder contar o trasmitir las sensaciones…

Galería

Alto Jagüé – Vieja Iglesia San Pedro

 

Interior del Refugio “El Destapadito” Laguna Brava

 

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